Las palabras tienen poder, es algo que seguramente has escuchado en algún momento. Pero ¿cuál es la dimensión real de las palabras? En la Biblia podemos encontrar la definición más exacta del poder que tienen las palabras. “La muerte y la vida están en poder de la lengua” Proverbios 18:21
Como bien lo define Dios en el libro de Proverbios, en la lengua, es decir, en las palabras todos tenemos el poder de la vida y de la muerte, pero no todos están conscientes del poder que tienen y por eso no lo utilizan de la mejor manera posible.
Con las palabras puedes dar vida a tus relaciones, puedes infundir aliento, motivar, ayudar a levantar la autoestima de tus hijos, amigos, familia y compañeros de trabajo; o hacer todo lo contrario, destruir tus relaciones, desmoralizar al que ya está sin ánimo, desmotivar y lastimar a los que te rodean.
En gran medida la calidad de nuestras relaciones interpersonales se deben a como nos comunicamos con los demás. Así que lo que estás obteniendo ahora, es producto de lo que has estado dando, principalmente a través de tus palabras.
Hay personas que consciente o inconscientemente de su boca solamente salen críticas, palabras negativas e hirientes, nunca tienen nada positivo que decir de las personas con las que interactúan, les gusta provocar pleitos en lugar de aplacarlos.
Por ello no es de extrañarse que sus relaciones sean pésimas y con un entorno limitado. Es decir, tienen pocos amigos o ninguno, malas relaciones familiares, sus compañeros de labores evitan el roce con ellos, y por lo general no se sienten realizados a nivel personal.
Los seres humanos somos seres sociales, tenemos que convivir con otras personas. Esa interacción en la vida cotidiana se basa principalmente en la comunicación, uno de los factores claves que intervienen en este proceso es la forma como expresamos las palabras.
El psicólogo estadounidense Gary Chapman, autor del libro “Los Cinco Lenguajes del Amor”, enseña la manera adecuada de usar las palabras para fortalecer las relaciones. De acuerdo al Dr. Chapman existen cuatro tipos de palabras:
1. Palabras de afirmación. Se refiere a utilizar palabras que edifiquen; los cumplidos verbales son motivadores más estupendos que los regaños y señalamientos constantes.
2. Palabras alentadoras. Utilizar palabras de ánimo que den vigor a quien las necesita.
3. Palabras bondadosas. Si vamos a comunicar algo de manera verbal, debemos usar palabras bondadosas. Eso tiene que ver con la forma en que hablamos, el tono de voz y las palabras.
4. Palabras humildes. Para comunicarse con otros es mejor hacer peticiones no demandas. Cuando le haces una petición a tu interlocutor le das a entender que tiene algo, o puede hacer algo, que es importante para ti, en cambio cuando haces una demanda te conviertes en tirano.
Según Dale Carnegie, saber expresarse correctamente con las palabras adecuadas es una necesidad para tener éxito en la vida. Es bueno detenerse un momento y revisar cómo estamos empleando el poder de las palabras. ¿Nuestras palabras nos están ayudando o perjudicando?
Tú eres el único responsable de la calidad de relaciones que tienes. Tú decides cómo utilizas las palabras que salen de tu boca. ¿Cómo deseas usar ese poder en tus relaciones? Eso sólo depende de ti, porque tú tienes el poder de la vida y de la muerte en tu lengua.
Por Roberto Hernández.
Conferencista y Master Coach Internacional. Director ejecutivo de “SUPÉRATE” - Instituto de Oratoria & Liderazgo. Vicepresidente ejecutivo de la Red del Coach.
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