La mayoría de personas a las que se les pregunta ¿Será el éxito algo destinado sólo para un reducido grupo de personas privilegiadas? Responden con un rotundo sí, pero esto está lejos de ser cierto. De hecho el éxito está al alcance de cualquiera que se comprometa alcanzarlo, independientemente de su condición socioeconómica.
Entonces, ¿por qué abunda en el mundo gente fracasada, en cambio la gente exitosa es menos? Aunque el éxito está al alcance de todos, no todas las personas lo obtienen porque no todos están dispuestos a pagar el precio. Hay un refrán popular que dice “todo lo bueno cuesta”, efectivamente todo aquello que representa lo mejor en la vida, la mejor calidad, el mejor servicio, tiene un precio que se debe pagar para obtenerlo.
Pagar el precio implica salir de la zona de confort. Un alpinista sabe que no hay nada mejor que conquistar la cúspide de una montaña, un boxeador sabe que no hay nada mejor que ser el campeón del mundo, pero el factor indispensable para llegar a su meta es la persistencia.
La persistencia es la que impulsa a seguir adelante a pesar de las adversidades que se presentan en el camino. Persistir una y otra vez es lo que conduce al cumplimiento de cualquier objetivo por difícil que parezca. “Desistir es la salida de los débiles, insistir es la alternativa de los fuertes” decía Walt Disney, uno de los hombres que abrazó el principio de la persistencia que lo llevó a la cima del éxito.
Muchas personas no han llegado a dónde deberían estar en la vida, precisamente porque no han perseverado. Al menor problema abandonan sus metas, buscan excusas para justificarse y son quienes más critican a las personas que se destacan por sus avances. Además cargan con el peso de la frustración.
Uno de los problemas que impide el crecimiento personal es la inconsistencia, por ello es apremiante eliminarla de tu programación mental, para adquirir el hábito de persistir.
Para poder superar un problema o dejar atrás un mal hábito, hay que estar consciente de él. Haz una revisión de tu vida e identifica si te has caracterizado por perseverar en lo que te has propuesto, o dejas las cosas a medias.
Con determinación debes adoptar la persistencia como un hábito personal. Siempre da un paso más, si ese no es suficiente da otro más, recuerda que de ladrillo en ladrillo se construye una gran muralla.
El éxito profesional, familiar, ministerial o en los negocios depende en gran medida del principio de la persistencia. La inconsistencia es amiga del fracaso, la persistencia es amiga del éxito.
Autor: Roberto HernándezConferencista y Master Coach Internacional
Director ejecutivo de SUPÉRATE
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